Manual del Perfecto Candidato Peruano
Diez tips infalibles para conseguir la presidencia de la República del Perú
¿Quién quiere ser presidente? ¿Alguien dijo yo? Entonces tome nota. ¿Qué usted no es peruano? ¿Y? ¿Es japonés? Pues mejor, ya tiene el 10% de las preferencias. ¿Qué no tiene oficio ni beneficio? No importa, se lo inventa.
Paso uno: Mienta. Mienta sobre su pasado, presente y futuro. Si lo descubren vuelva a mentir. Todas las denuncias en su contra se caen con la infalible Frase de Candidato: “Eso es parte de la guerra sucia”. Si usted piensa (como lo hizo un novelista) en combatir la inflación con un shock económico, cállese la boca. Eso no le interesa a nadie. (Porcentaje de aceptación: 12%).
Paso dos: Ataque a la política tradicional. Empezando por el presidente, los congresistas y los partidos políticos. Diga que el régimen está podrido, que el Parlamento es un pozo séptico y que la política nacional se ha convertido en una cloaca. Demande con aspavientos la renuncia del presidente y exija con indignación que los congresistas se vayan a su casa. (Porcentaje de aceptación: 15%).
Paso tres: Conviértase en un antisistema. Realice una insurgencia para las cámaras, pero que resulte inofensiva para el régimen. Después podrá decir con voz grave y circunspección que realizó una simple marchita de protesta. Ante los medios jure con devoción que usted es un demócrata a carta cabal, pero recuérdele al pueblo que la democracia no les da de comer. Tenga en cuenta que lo que sus electores quieren es orden y autoridad, así que admire a un dictador nacional y otro extranjero, pero solapa nomás. (Porcentaje de aceptación: 18%).
Paso cuatro: Insulte. La mejor defensa es el ataque. Si lo insultan, usted insulte más. De preferencia no lo haga directamente porque se le puede pasar la mano y a la gente no le gusta los achorados, pero tampoco los buenitos. Mande a unos cuantos “Chacales de Campaña” (que pueden ser políticos tradicionales redimidos por su causa) a hacer el trabajo sucio. Que alguien le mente la madre a la esposa del presidente siempre gana portadas. Luego usted, con gesto adusto, puede reprochar públicamente a su chacal. Busque en el pasado de su contendor y sáquele una hija no reconocida. Si no la encuentra invéntesela. Diga que este señor es un cocainómano al que le gusta irse de putas o que es un maniaco depresivo bipolar que consume litio. (Porcentaje de aceptación: 23%).
Paso cinco: Sea nacionalista. Convenza a todo el mundo que ama a su país por encima de Dios, su madre, su esposa, sus hijos y el perro. Odie lo extranjero, al imperialismo yanqui y a la cultura anglosajona. Opóngase radicalmente a cualquier Tratado de Libre Comercio con el imperialismo que tanto cuestiona su admirado dictador extranjero. Hable en quechua, use chullo y baile huayno de cuando en cuando. (Porcentaje de aceptación: 28%).
Paso seis: Ubíquese a la izquierda del espectro político. La derecha nunca gana. Advierta con indignación que su contendor es el candidato de los ricos. Recuerde que la derecha representa a los grupos de poder, al empresariado y a los ricos. Usted es pobre y odia a los ricos, no lo olvide. Nunca se canse de repetir que la política neoliberal ha fracasado, que los pobres son más pobres y los ricos más ricos. Hable de justicia social, de redistribución equitativa de la riqueza y de un profundo cambio para todos los peruanos. (Porcentaje de aceptación: 33%).
Paso siete: Sea populista. Hable de estatización. Diga que en su gobierno las empresas y los recursos serán de y para el pueblo. Odie a los empresarios. Advierta con firmeza que renegociará los contratos con las transnacionales, y que expropiará las empresas privadas de los sectores estratégicos. Proponga aumentar en 300% el salario mínimo vital. Eso es lo que le gusta a la gente. (Porcentaje de aceptación: 37%).
Paso ocho: El Plan de Gobierno del Perfecto Candidato. No lo tenga, eso aburre y nadie lo lee. En su reemplazo busque un Slogan de Campaña. Algo así como: “Honradez, tecnología y trabajo”, que puede acompañar con frases trilladas -que son las que mejor calan en la población- como “combatiremos la corrupción”, “eliminaremos la pobreza” y “crearemos más puestos de trabajo”. Nunca de una propuesta concreta, eso nadie lo entiende. (Porcentaje de aceptación: 44%).
Paso nueve: Imagen. Es indispensable crear un pasado de tinte melodramático al mejor estilo de telenovela mexicana. Confiese con pena que ha sido muy pobre, que comía una vez al día y que lustraba zapatos. El candidato debe ser un hombre del pueblo. Por eso nunca use ternos, sacos, ni ropa elegante, eso sólo lo hacen los ricos. Usted es pobre. Use el Traje de Campaña del Perfecto Candidato: Un par de jens, camisetas o polos rojos (¡Por favor no use un Lacoste, Tommy Hilfiger o Ritzy!) y zapatos casuales. Todo adquirido por su puesto en Gamarra Shoping Center. Usted odia las tiendas Saga y Ripley. (Porcentaje de aceptación: 48%).
Paso diez: La campaña. El Perfecto Candidato necesita un Jingle de Campaña (de preferencia en ritmo de regettón o perreo) con su respectivo Baile de Campaña que será practicado en cuanto asentamiento humano visite. Si usted está negado genéticamente para el baile tiene un plus adicional (la gente adora a los inútiles). Limítese a abrir los brazos, flexionar las rodillas y planear como si fuese un avión. Visite los conos y juré por Diosito –ahí donde no hay energía eléctrica- que levantará colegios con computadoras e internet. No olvide hacerse la víctima. Denuncie que todos los medios, partidos políticos y grupos de poder están en su contra. Eso siempre funciona. (Porcentaje de aceptación: 50.1%. Usted gana en primera vuelta).